Situado en la Serra do Mar, en un verdadero refugio natural, a 33 Km de Curitiba, el La Dolce Vita con un delicioso clima de montaña, va revelando sus encantos que se inician al amanecer con la imagen de la neblina brotando del lago, escenario impresionante que da un toque de encantamiento al armonioso conjunto arquitectónico.
Tan agradable como esos grandiosos paisajes, sólo es el plazer de saborear las delicias del restaurante al borde del lago, consagrado por sus impecables cuidados dirigidos a su culinaria artesanal. En la coreografía de las aves acuáticas al atardecer, se admira el espectáculo del verde de los árboles invadiendo el horizonte. En el La Dolce Vita, como mencionaba Fellini, la vida puede de realmente parecer un sueño.